miércoles, 5 de enero de 2011

Madrid. Segunda jornada


Y el tema del pasado es siempre recurrente al visitar Europa; pareciera que todo comenzó aquí, al menos en cuanto tiene que ver con América.

Esta fue una jornada en la que creo que me excedí; caminamos hasta que no podía dar un paso mås, debo recordar más seguido que son ya 60 años de "caminar" y hay que andar con más cuidado... un tropiezo podría ser muy grave. ¡ja! Sentirse viejo no es siempre un asunto amable.

Madrid, nuestro segundo día en España; los españoles parecen simpáticos, al menos esntre ellos. Siempre están hablando y entre "vale" y "venga" la ciudad aparece alegre y concurridísima.

Hace mucho frío y me llama la atención la forma de vestir de las mujeres; usan mucho más la falda que en América y avanzan con garbo y elegancia por el invierno... en fin, que la juventud es hermosa y aquí todos y todas lucen magníficos.

Me llama la atención también que no se ven los niveles de obesidad que se observan en América; en primer lugar, las porciones de comida que sirven en los restaurantes son casi frugales, porciones pequeñas y la famosa dieta mediterránea, parece que funciona, aunque también es cierto que la gente fuma mucho y me parece que las mujeres aún más que los hombres.

Las grandes catedrales, y las pequeñas también, cargadas de historia y obras de arte, están convertidas en museos razón por la cual no es tan expedita la entrada, en casi todas hay que pagar para poder entrar .

La ciudad de Madrid está cargada de monumentos, hermosísimos todos; maravillosa "la puerta de Alcalá". El palacio Real, monumental como todos esperaríamos, pero a mi juicio muy descuidado, deslucido, con las paredes sucias y las ventanas desvencijadas; esto sólo puede apreciarse de cerca, pero las fotos salen magníficas, no captan estos detalles, supongo que estará en proceso de restauración pronto; lo necesita con urgencia.

Dije que admiré la puerta de Alcalá, pero el monumento que me conmovió el alma fue el de Don Quijote y Sancho Panza en el parque de
España; ahhh, verlo fue para mí una invitación a echar a volar la imaginación, a volver al pasado, a una infancia y una adolescencia despreocupada y feliz; la escultura está magníficamente lograda; don Quijote luce una mirada y una expresión de desquiciado encantadora y Sancho Panza exhibe un aire de confiada y serena ilusión.

Regresábamos ya para descansar, y en una callejuela el nombre de una peluquería llama poderosamente mi atención: "¡Juan, por Dios!".
La expresión aunque por supuesto irreverente, me pareció absolutamente divertida y cargada de significado. En Sevilla, mientras buscábamos un restaurante nos acercamos para leer más acerca de un curioso anuncio: ¨Centro de Restauración¨ Debajo de este anuncio, en letras más pequeñas estaba un extenso menú. Si, se trataba de un restaurante, jaja, no en vano la palabra restaurante viene de ¨restaurar¨. Al menos esa fue nuestra conclusión.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

No me había dado cuenta de las nuevas entradas, me encanta, quiero más descripciones y FOTOS!!

Ruth Grajales dijo...

Muchas gracias por su visita a mi blog y por sus amables comentarios. He puesto algunas fotografias, gracias por la oportuna sugerencia.