miércoles, 24 de febrero de 2010

Confianza

El ser humano es frágil por naturaleza, sumamente vulnerable en todos los sentidos, por eso, hacer que los hijos se conviertan en personas emocional y espiritualmente sanas, no es nada fácil.

Lograr que los hijos tengan clara conciencia de sí mismos y se asuman como personas responsables, tampoco es sencillo.

Es un hecho que todos estamos afectados para bien y para mal por la infancia que tuvimos; la forma como fuimos criados suele determinar con mucha fuerza los conceptos de disciplina y educación que asumimos como propios.

Hay pues un elemento sumamente importante en la educación y crianza de los hijos: la confianza. Creo que si un niño crece con la certeza de que sus padres confían en él, en lo que dice y hace, se sentirá más responsable y con mayor disposición de no defraudar a quienes creen en él.

Creo también que la confianza es un ingrediente básico de la autoestima. La autoestima es ese sentido de su propio valor, de saber quién es, de amor a sí mismo que a su vez puede proyectar hacia los demás.

Quien no se ama a sí mismo no está en condiciones de amar a otros, por eso es tan importante ayudar a desarrollar y fortalecer la autoestima en los niños.

Los padres y los maestros que confían en los niños no lanzarán juicios con respecto a sus hechos y conducta, contradiciendo alevosamente lo que ellos afirman.

Los niños pueden fallar, como nosotros lo hacemos, pero la confianza otorgada es un tesoro que un hijo no quiere perder, porque lo hace sentirse respetado y responsable de sus actos.

Construir sobre un ambiente de confianza será siempre mucho más positivo y productivo que aquel en el cual la acusación y el prejuicio son la norma.

El niño que es respetado como persona, aprende que debe merecer ese respeto; el que recibe confianza aprende que debe responder con honor y veracidad por la palabra dada.

Administrar confianza mientras se educa a un niño requiere de mucha sabiduría, porque la naturaleza humana es débil y siempre falla.

Que el padre busque sabiduría en la verdadera fuente y enseñe a sus hijos donde buscar gracia y fortaleza, darán como resultado una autoestima sana, tan necesaria para enfrentar la vida.


1 comentario:

Anónimo dijo...

Gracias por los consejos a una madre novata e inexperta.