martes, 26 de mayo de 2009

Comparta sus objetivos

Los maestros siempre nos encontramos enfrascados en la tarea diaria de determinar objetivos para nuestras clases, pero, ¿por qué habría de ser esta tarea algo así como un secreto encerrado en nuestros libros de planeamiento?

Cuando trabajaba con niños en la escuela primaria, decidí probar otra cosa con respecto a los objetivos que tenía escritos en mis planes de clase; empecé a compartirlos con mis alumnos, es decir, cada mañana al comenzar cada clase escribía en el pizarrón mis objetivos para que los niños los leyeran y los comentaran, por supuesto que estaban redactados en función del alumno, de manera que cada uno de ellos pudiera adoptarlo como propio.

Ensayemos un ejemplo: mi objetivo es que los niños aprendan a elaborar el guión para una entrevista. Escribo en el pizarrón:"Aprendo a elaborar un guión para hacer una entrevista".
Comentamos lo que se entiende por esto, definimos los términos, los alumnos presentan sus ideas en base a lo que conocen, eligen a quien entrevistar y el tema que tratarían.

Después de este inicio, resultaba entonces muy motivador para los niños comprometerse con la tarea, inclusive el objetivo era escrito por cada uno en sus libretas y lo que seguía era verdadero entusiasmo y compromiso.

De alguna manera los niños sentían la búsqueda del objetivo como su propia responsabilidad, y sabemos por experiencia propia que aquello que deseamos hacer es lo que hacemos, al menos la mayoría de las veces, y especialmente en un aula de clase.

Hacer el objetivo explícito y compartirlo con los alumnos, no importa el nivel ni la edad, es asumir como propia, me refiero al alumno, la tarea de aprender. Es muy común escuchar a los alumnos referirse a sus calificaciones y promociones escolares como algo que el maestro hace según le place, lo cual los libera convenientemente de su responsabilidad en la tarea de aprender.

Mientras estábamos en este proceso, un pequeño de tercer grado me dijo: "Maestra, esta vez estoy aprendiendo mucho en la escuela" ¿en serio? le contesté, ¿cómo lo sabes? "Pues porque ahora estoy alcanzando mis objetivos, y mire, he logrado muchos" me dijo mientras me enseñaba lleno de satisfacción la libreta donde iba registrando todos los objetivos que alcanzaba cada día.

No dudo de que había estado aprendiendo en el pasado, lo interesante y valioso es que el niño ahora tenía plena conciencia del suceso, interiorizaba como suyos los objetivos, y aún mejor, la tarea de aprender era su responsabilidad; "estoy aprendiendo mucho".

Además de esto, el alumno debe tener por supuesto la posibilidad de trabajar en procura de su objetivo de manera individual, es decir, a su propio paso, y saber que si en dado caso no lo logró en esta clase, recibirá la atención y el apoyo del maestro como para que pueda lograrlo con un poco más de tiempo.

El premio será siempre la gran satisfacción y alegría que brinda el esfuerzo y la dedicación cuando tenemos claro lo que queremos lograr, los maestros hemos sido enseñados a determinarlo con claridad, pero no siempre lo hacemos claro para el alumno.

Comparta sus objetivos de aprendizaje con los alumnos, hará que el proceso sea más fácil, y no cargará con la tarea usted solo, al tiempo que hará mucho más productiva cada jornada.














3 comentarios:

Anónimo dijo...

Me encanto!!! Muy bien escrito. Me encanta que estes escribiendo. Me siento muy orgullosa de ti, mami.

Unknown dijo...

Tambien me parecio una excelente idea eso de compartir con los alumnos los objetivos del dia. Voy a ponerlo en practica.

Tevni (senior) dijo...

Gracias por publicar tu gratitud, no dejes de escribir, es un don de Dios.