miércoles, 6 de abril de 2011

Mujeres en contexto

Una querida amiga me hizo en estos días una alusión sobre la "mujer de proverbios"; volví a leer el texto en cuestión, tan antiguo como desprestigiado porque supone, por lo general, la visión de una mujer sumisa y hacendosa recluída en el hogar y me hice algunas reflexiones que me dispongo a compartir.

La tendencia es a pensar que estos textos, por antiguos, deben ser considerados obsoletos ya que no reponden a las realidades y los contextos actuales ni a los paradigmas de la época. Pues bien, yo encuentro todo lo contrario, es decir, la descripción de "la mujer de proverbios" podría corresponder muy bien a los conceptos de "mujer del siglo XXI". ¿Una exageración? No lo creo, si lo consideramos desapasionadamente y libres de prejuicios.

Lo primero sería, por supuesto, ubicarnos en contexto de los tiempos salomónicos y tratar de hacer una justa equiparación con los actuales en los que soplan vientos de liberación, independencia y equidad que aplaudo y considero justos para la mujer.

En las culturas del oriente medio, es sabido que la valoración de la mujer es tristemente pobre y limitada en cuanto a oportunidades y trato, por eso me resulta interesante y sorprendente el texto de proverbios que resulta en un elogio de la mujer virtuosa.

Consideremos en este caso la "virtud" en términos de bondad, excelencia, integridad o mérito, que son los aspectos que veo como más destacados en el texto a que hacemos referencia en Proverbios 31. Definitivamente, ésta mujer tiene una inusitada independencia que sorprende al lector de un texto tan antiguo, pues se la señala haciendo negocios, comprando propiedades, vendiendo bienes, elaborando productos, tomando decisiones ("considera la heredad y la compra"), participando activamente como fuerza productiva en la generación de riquezas.

El texto usa una hermosa figura para describirla, ella es "como nave de mercader", trabaja de forma incansable, es administradora y considera la viabilidad de sus negocios, mira el porvenir con optimismo porque su familia está segura mediante el fruto de sus esfuerzos y emprendimientos.

"Fuerza y honor son su vestidura", figura que puede implicar el carácter íntegro con que ella desempeña sus funciones de empresaria, pero no es todo con respecto a la mujer del texto antiguo, el hecho de que sea productiva y negociante no la hace egoísta y centrada en sus riquezas; es compasiva y bondadosa, se acuerda del pobre, del necesitado y comparte generosamente de la abundancia que posee.

Como consecuencia de sus acciones y de su carácter, su marido y sus hijos reciben buen nombre y reconocimiento, es mujer sabia, capaz de aconsejar, de asesorar, de dar apoyo y compartir ideas. ¿No corresponde ésto a una mujer de nuestros tiempos?.

En el ambiente de los tiempos difíciles que vivimos, hoy más que nunca se necesita el concurso de las mujeres que con su aporte contribuyen a hacer una sociedad mejor.

"Ordenadora, pasas vibrando como abeja
tocando las regiones perdidas por la sombra,
conquistando la luz con tu blanca energía.

Y se construye entonces la claridad de nuevo:
obedecen las cosas al viento de la vida
y el orden establece su pan y su paloma." P.N

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Pues ni hablar, hubo una época, las décadas de los cuarentas o cincuentas, en la cual las mujeres sólo tenían las tareas del hogar. Ahora nos toca hacer de todo, así que quizá seamos las neo mujeres de proverbios jejje!! Un beso :)

Ruth Grajales dijo...

En los privilegiados aambientes en los que se puede, aun hay muchos paises en los que no es posible, pero como siempre digo, Que vivan las mujeres!
Muchas gracias por leerme Mayita